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¿Por qué en otoño hay un cambio de hora? ¿Cuál es el ahorro energético?

Cambio de hora en otoño para ahorrar energía


Uno de los rituales del otoño es el cambio de hora que debemos realizar a finales de octubre. Este ajuste horario implica que vamos a ganar una hora al invierno y que, por lo tanto, el día que hagamos el cambio dormiremos una hora más. Evidentemente, no adelantamos nuestros relojes solamente para esto. El ahorro de energía que supone adaptarnos a las horas de luz del invierno es uno de los principales motivos para que cambiemos de hora en otoño.


Los motivos oficiales para el cambio

Hasta Navidad, los días se acortan y tenemos muchas menos horas de luz. Esto significa que debemos usar más energía para poder llevar a cabo nuestra jornada laboral con la iluminación necesaria. Sobre todo si tenemos en cuenta que el mayor consumo de energía eléctrica se lleva a cabo a primera hora de la mañana. Así que, para ser más eficientes a nivel energético dentro de nuestra jornada laboral, necesitamos comenzar a trabajar siendo ya de día.

Se ha demostrado que el cambio de hora que hacemos a finales de octubre nos permite ahorrar hasta un 10% de la energía que consumiríamos en invierno si mantuviéramos el horario.


Los orígenes del cambio

De hecho, el ahorro ya fue una de las causas iniciales de la institucionalización del cambio de hora. La Primera Guerra Mundial dejó una economía muy dañada en todos los países europeos, por lo que la necesidad de contener el gasto hizo surgir la idea de ajustar el horario en invierno y en verano.

En España adoptamos el cambio de horario en 1974, año en que vivimos las consecuencias de la Crisis del Petróleo. Por lo tanto hace ya más de 4 décadas que todos los inviernos nos situamos en GMT+2 y volvemos al GMT+1 en los meses de verano.


Los trastornos del cambio

La adaptación al cambio de hora puede representarnos algún trastorno, aunque hay que resaltar que se trata de molestias mínimas que pueden durar como mucho 5 días. Pequeños cambios en el sueño o en el sentido del humor son los principales efectos que podemos notar, aunque se superan fácilmente si nos esforzamos en mantener una rutina de horarios, limitamos el consumo de estimulantes y no hacemos siestas excesivas.