Ventajas de las calderas de biomasa: tipos y funcionamiento

Son muchas las ventajas de utilizar calderas de biomasa en tu hogar o lugar de trabajo. El precio económico de su combustible, su menor contaminación ambiental, así como una mayor seguridad son algunas de las virtudes de este tipo caldera.

Antes de nada, repasemos qué son las caldera de biomasa:

Las calderas de biomasa son aquellas calderas que utilizan combustibles naturales provenientes de fuentes renovables para su funcionamiento. Una de las ventajas de las calderas de biomasa es que emplean, como fuente de energía, excedentes de industrias madereras, residuos forestales, cáscaras de frutos secos, huesos de aceituna… no siendo necesarios combustibles tradicionales como gasóleo, propano, etc.

El biocombustible del que se alimentan estas calderas de biomasa resulta más económico siendo su importe, además, más estable a lo largo del tiempo ya que no depende de los precios que fijan otros países.

Su alto poder calorífico por unidad de peso (alcanza las 4.200 kcal/kg) hace del biocombustible una forma de energía rentable y renovable y aporta a la caldera de biomasa unos excelentes rendimientos caloríficos. Además, su caracterización como fuente energía renovable hace que las administraciones subvencionen su instalación.

Tipos de calderas de biomasa según combustible

En función del combustible que empleen, las calderas de biomasa se pueden agrupar en los siguientes tipos. Toma nota de las ventajas de cada una:

Calderas de pellets: Únicamente se alimentan de combustibles uniformes tipo fluido -como pellets o huesos de aceituna- que se absorben a la caldera por medio de succión o tornillo sin fin. Son las más comunes para uso doméstico (potencias medias) y nos permiten ahorros considerables. Existen distintos tipos de estufas de pellets:
- Estufa de aire: Calientan con aire y encajan bien en habitaciones diáfanas. La potencia de estas estufas varía entre los 5 y los 22 kW.
- Estufas de agua (o termoestufas): Además de generar calor, también son capaces de producir agua caliente. Su potencia se sitúa entre los 11 y los 29 kW.
Calderas de policombustible: Pueden alimentarse con todo tipo de biocombustible triturado, lo que requiere mayor capacidad de almacenamiento. Son de mayor tamaño y potencia (uso industrial).
Estufas de leña: Utilizan troncos de leña para su combustión. Por su alto valor estético a modo de chimenea francesa, se fabrican de diseño para uso doméstico aunque su rendimiento no iguala a las anteriores.

Hombre admira las ventajas de las calderas de biomasa mientras echa pellets a una estufa de pellets

Funcionamiento caldera biomasa

Una caldera de biomasa funciona de una forma muy parecida a cualquier otra caldera: El quemador de combustible quema el pellet que se le proporciona generando una llama horizontal que entra en la caldera, al igual que sucede en los sistemas de gasóleo.

El calor generado durante esta combustión (en este caso de combustible natural) es transmitido al circuito de agua en el intercambiador incorporado en la caldera. El agua caliente generada se utiliza para calefacción y agua caliente sanitaria, climatización de piscinas, etc. La calefacción puede ser por cualquiera de los sistemas convencionales de agua: suelo radiante o radiadores (o fanCoils).

Las calderas de biomasa necesitan un contenedor o silo para el almacenaje del biocombustible situado próximo a la caldera, así como un alimentador de tornillo sin fin o de succión para realizar la combustión. El combustible tipo pellet debe almacenarse con una inclinación de unos 45º para su correcta inserción en la caldera.

Al quemar biomasa se produce ceniza, que se recoge generalmente de manera automática en un cenicero que debe vaciarse unas pocas veces al año.

Para optimizar el funcionamiento de la caldera de biomasa, podemos instalar un acumulador que almacenará el calor de una forma similar a un sistema de energía solar.